Después de las emboscadas del destino, escribe Massimo Cecchini en La Gazzetta dello Sport, no es de extrañar que Nicolò Zaniolo haya estado trabajando durante días para preparar la próxima temporada con el espíritu de quien sabe que nada se salvará.
Un año y medio de fútbol perdido con «dolor» no le será devuelto por nadie. Por eso, a 19 días de cumplir 23 años, el delantero de la Roma sabe que el tiempo es una variable que ya no es infinita. Aunque nunca le ha faltado autoestima, Nicolò sabe bien que las 42 partidos jugados en la temporada pasada sólo representaron la tarjeta de presentación del futuro que está por llegar.
El gol en la final de la Conference League en el Feyenoord fue la foto de escaparate de la temporada no solo para él, sino para la propia Roma, ya que marcar en un estadio así se convierte en material legendario, pero el fútbol devora recuerdos para dar importancia solo al presente. Por eso, tras pasar unas breves vacaciones en Cerdeña también en compañía de su hijo Tommaso, desde el pasado martes Nicolò ha vuelto a su «buen retiro», el Centro Kinemove de Pontremoli, para ahorrar tiempo, alternando el trabajo con el mar (como hizo ayer) para disfrutar cerca de La Spezia, donde las raíces se hunden y revitalizan.
Así, mientras la gran mayoría de los futbolistas no están en sus respectivas selecciones bombardeando las redes con post de sus vacaciones, Nicolò se traslada a un centro de última generación, inaugurado en 2005, de 4000 metros cuadrados que incluyen instalaciones deportivas (piscinas, gimnasios , pistas de atletismo y campos de fútbol) y otros servicios. Los tres principios básicos de estas jornadas de trabajo se convierten en tablas de la ley: pelota, carrera y spinning. El atacante, de hecho, en los entrenamientos alterna la carrera en línea fraccionada e intermitente, con sesiones con balón y de spinning, a alta intensidad o descarga.
Los que están cerca de él lo cuentan con calma. El delantero tiene contrato con la Roma hasta 2024 y sabe bien cómo la dirección llamará a su puerta a finales de verano para proponerle la renovación de un contrato que le llevará a ganar dinero como los grandes del equipo. Mientras tanto, sabe muy bien cómo el interés de los grandes clubes por él no ha decaído en absoluto. Milan y Juve, sin embargo, no han presentado por el momento ninguna propuesta oficial al club giallorossi, que ya ha dejado claro que está dispuesto a sentarse a negociar solo ante una oferta de al menos cincuenta millones y sin jugadores en devolver. Moraleja: a la espera de que las palabras se conviertan en hechos, Zaniolo es un jugador de la Roma que ha encontrado la serenidad. Lo que necesita para empezar la temporada de la mejor manera posible.