El director deportivo, el director general, el director comercial, la reestructuración de la dirección: estas sin todas las cosas en las que la familia Friedkin lleva semanas trabajando, tratando de entender, mejorar, completar y reescribir el organigrama del club Giallorossi.
Pero además de todo esto, en las oficinas del conjunto capitalino incluso más que en Trigoria, hay un problema de patrocinio que se debe resolverse. Empezando por el patrocinio técnico, sabiendo que si no se apura, existe el arriesgo de jugar la próxima temporada sin alguno (es cuestión de tiempos de producción a respetar, tiempos que se pueden cuantificar entre ocho y doce meses, ya se está al límite).
Parece que el puesto vacante está a punto de ser ocupado según los reportes de Il Romanista. En el sentido de que en la carrera de varias marcas por el patrocinio técnico de nuestra camiseta, New Balance estaría a un paso del brindis final. La marca con origen en EEUU, esta cada vez más cerca, con una facturación de casi tres mil millones de dólares al año, y la cual hasta hace un año fue la diseñadora de las camisetas con las que el Liverpool ganó la Champions League, con sede en Boston. Aquí, la sede podría sugerir un legado dejado por James Pallotta, quien hace unos meses cerró deliberadamente (por consenso) el contrato que vinculaba a la Roma con Nike durante varios años. El expresidente, de hecho, habría iniciado contactos con New Balance sin llegar a la conclusión por el simple hecho de que vendió Roma a la familia Friedkin. Pero el sector comercial de Giallorossi (que también estaba negociando con otras dos marcas, una es Adidas) continuó las negociaciones, llegando al parecer a la definición de un acuerdo por cuatro años.
En tiempos de Covid, el precio fijo de lo que conocemos estaría entre tres y cuatro millones (con Nike eran cinco), pero el efectivo para el club Giallorossi sobre las ventas aumentaría un diez por ciento, de veinte a treinta. En resumen, en general, al final de cada temporada, la Roma debería recaudar algunos millones más que el acuerdo anterior. Los rumores que correrán desde el interior de la Roma, piden cautela en todo caso por el simple hecho de que todavía habría un no por parte de Dan y Ryan Friedkin, detalle que no parece de menor importancia.
Otros patrocinadores en los que trabajar
Además del patrocinador técnico, habrá trabajo en el sector comercial de la Roma en los próximos meses. En primer lugar, porque a finales de año vencen el contrato con el patrocinador principal, Qatar Airways y el patrocinador de la parte trasera de la maglia, Hyundai, dos marcas con las que habrá que negociar una posible ampliación (difícil con la del coche coreano). En caso de que no suceda, entonces se tendrá que buscar algún nombre nuevo. Además, a la Roma le falta el patrocinador para la equipación de entrenamiento, para Trigoria y, sobre todo, para el que será el del futuro estadio. En este último caso, muchos apuntan a Toyota como la marca definitivamente en la pole position. Por supuesto, el Sr. Friedkin lo garantizaría.
