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N’Dicka tendrá que descansar unos días y luego podrá retomar progresivamente los entrenamientos aunque no hay fecha exacta para su regreso al campo

El gran miedo ha pasado: Evan N’Dicka se encuentra bien y ha regresado a Roma con su familia. Esta es la primera noticia, quizás incluso la única teniendo en cuenta el gran miedo que todos sintieron el domingo en Udine, cuando de repente se dejo caer a la grama cuenta este martes el diario Corriere dello Sport.

La segunda noticia es que la carrera de N’Dicka no corre peligro: ningún problema cardiológico, mucho menos neurológico: «Tras un dolor precordial agudo y alteraciones inespecíficas en el electrocardiograma realizado en el primer servicio de urgencias del estadio, N’Dicka ‘Dicka está ingresada en el hospital Santa Maria della Misericordia de Udine. Se realizaron controles cardiológicos de primer y segundo nivel y los resultados fueron negativos a patología cardíaca – dijo Roma -. A la vista de los últimos exámenes realizados en la mañana, el cuadro clínico es compatible con traumatismo torácico con mínimo neumotórax izquierdo. El jugador realizará más controles en Roma. El club – se lee nuevamente en el comunicado del club – quiere agradecer al Udinese, al árbitro Pairetto, al público presente en el estadio de Udine y al personal médico y sanitario del hospital por su gran profesionalidad y disponibilidad. Todos juntos, en esos minutos de emoción y aprensión, demostramos los valores del deporte y anteponemos la protección de la vida«.

Ahora N’Dicka tendrá que descansar unos días y luego podrá retomar progresivamente los entrenamientos. Esta es la tercera noticia, la que más alegra a De Rossi y a sus compañeros: toda Trigoria (donde se presentó ayer) le espera con los brazos abiertos, aunque no hay fecha para su regreso a sobre el terreno todavía: podrían tardar unas tres o cuatro semanas, aunque serán necesarias más pruebas en profundidad para estar seguros.

Le gustaría volver a jugar lo antes posible: no ve la hora de ayudar a esos muchachos que el domingo eran más hermanos que compañeros. Desde De Rossi, líder absoluto, hasta Mancini, desde Renato Sanches hasta Svilar, que fue el primero en darse cuenta de que algo andaba mal, hasta Aouar: el argelino está muy cerca de N’Dicka y el domingo por la noche hubiera querido quedarse con él en Udine. Sólo cuando le explicaron que no podría entrar a la habitación lo convencieron de regresar. Y luego, de nuevo: Mourinho, los Friedkins, los jugadores de la selección de Costa de Marfil y los del Eintracht Frankfurt, todos pensaban en él.

Finalmente Udinese. Tanto el club friulano como la afición mostraron un comportamiento ejemplar, subrayado por el ministro Abodi y el presidente del Coni Malagò, y se pusieron a disposición de N’Dicka y de la Roma. Kamara, que comparte no sólo la nacionalidad sino también un profundo cariño con Evan, fue a visitarlo y estuvo cerca de él: «Está bien y más tranquilo».

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