La Superliga y una guerra que aún se libra entre bastidores, y estaría detrás de la estruendosa renuncia de la Roma al Trofeo Gamper que enfureció al Barcelona según cuenta Corriere dello Sport. A pesar de las muy débiles motivaciones oficiales, en realidad existe un eje cada vez más estrecho entre los Friedkins y el poderoso Nasser Al-Khelaifi, presidente del Paris Saint-Germain y de la ECA.
Hace dos días, con un comunicado críptico, el club giallorossi anunció que retiraría su participación en el torneo, previsto en el Camp Nou el 6 de agosto. El comunicado mencionaba «la necesidad de cambiar la planificación de los amistosos de verano, para crear las mejores condiciones laborales posibles».
Si se excluyen pacíficamente la motivación técnica, ¿qué puede justificar esta elección? La explicación está en las estrechísimas relaciones entre los Friedkins y Nasser Al-Khelaifi, aliado de Ceferin en la guerra contra el trío rebelde (Juventus, Real Madrid, Barcelona) que aún mantienen en el cajón el sueño de la Superliga. Friedkin se centró en la junta directiva y el comité ejecutivo de la ECA el verano pasado, y el propio Al-Khelaifi recibió su entrada con elogios públicos.
El grupo estadounidense que lidera la Roma, por su parte, también tiene intereses hoteleros que se cruzarían con los del magnate qatarí: hoteles de lujo, resorts e inversiones conjuntas. Al parecer.
Y el propio Nasser habría ejercido una fuerte presión sobre Friedkin para lograr que un club amistoso como la Roma ciertamente, en este momento, no juegue partidos amistosos o torneos de verano con el grupo intransigente.