José Mourinho estará este domingo en el banquillo de la Roma ante la Juventus. El Tribunal de Apelación, escribe Marco Juric en La Repubblica, ha suspendido la sanción de dos partidos impuesta al técnico portugués tras la expulsión que sufrió el pasado martes ante el Cremonese. El recurso de urgencia presentado por la Roma basó su estructura defensiva precisamente en la actitud del cuarto árbitro Serra -entre argumentos y expresiones vejatorias- que provocó la reacción del Special One con relativa expulsión y descalificación.
Hasta que se aclare el incidente, es injusto que Mourinho descuente la descalificación. En Italia nunca había ocurrido que se dictara una sentencia de suspensión, pero la excepcionalidad del hecho llevó al Tribunal de Apelación a utilizar una metodología más en boga a nivel UEFA.
Quienes le vieron ayer en Trigoria hablan de un Mourinho concentrado y proactivo. «Motivado a tope». Un ánimo también transmitido a los jugadores en un entrenamiento de finalización realizado a un ritmo altísimo. Están todos los elementos previos para poder pasar página después del partido de Cremona. Dar un empujón a la Juventus hacia atrás y no perder el tren de la Champions League.