Como ya se sabe; Renato Sanches también se perderá el Roma-Udinese. Mourinho lo dijo claro ayer en la rueda de prensa: «No está lesionado, pero mañana no estará. Y ni siquiera lo llevo al banquillo porque si viene ahí ¿crees que soy un estúpido por no dejarlo jugar? Es potencialmente un muy buen futbolista y sería muy importante para nosotros«. El centrocampista portugués, por tanto, no será convocado por una recaída sufrida durante la fecha FIFA internacional por una distensión muscular que le impidió entrenar a pleno rendimiento hasta anteayer.
En definitiva, está de nuevo en el grupo y se encuentra bien, tal y como confirma el chequeo realizado en Villa Stuart. Pero el cuerpo médico de la Roma y Mourinho decidieron no correr ningún riesgo, e incluso eliminar la tentación de enviarlo al campo durante unos minutos como había ocurrido ante Lecce, Slavia Praga y Lazio. El ‘Special One’ detalló la exclusión: «En las últimas dos semanas, a diferencia de Pellegrini que trabajó muy duro para llegar a una condición casi óptima, Renato interrumpió este proceso por un pequeño problema. Es un chico que necesita continuidad en su trabajo. Y no tuvo esta continuidad. ¿Cuándo lo tendrá? Si entrena el lunes, martes y miércoles quizás esté listo para el partido del jueves o el siguiente«.
Por tanto, Renato Sanches permanece fuera. Según Corriere dello Sport, hoy saldrá a los terrenos de Trigoria para entrenar junto con los preparadores y mejorar aún más su condición. Luego estará en las gradas del Olímpico a las 18 horas con la confianza de volver a estar disponible de cara al ciclo que le espera a la Roma en el campeonato de aquí a fin de año: Sassuolo, Fiorentina, Bolonia, Napoli y Juventus en sucesión. Más Servettes y Sheriffs en Europa.
Mou y su staff han previsto, por tanto, una vuelta gradual del jugador al juego para luego tenerlo – con suerte – en buenas condiciones en los partidos en los que se necesitará su calidad pero también su cantidad. Porque cuando está sano, Renato puede ser un jugador perfecto para esta Roma. Mou cruza los dedos.
