«¿Mi futuro? Tengo todo claro en mi cabeza«. Ya no hay lugar para la interpretación de los pensamientos de Mourinho sobre su futuro. Sabe lo que quiere, pero por ahora se lo guarda para sí y lo dejo saber ayer en mesa de prensa. Ahora no es el momento de hacerlo público. En todo caso, es reunirse con el presidente Friedkin y decidir qué hacer.
Hay aperturas, ahora falta el paso decisivo. Verse y decidir. Quizás durante las vacaciones de Navidad asegura el diario La Reppublica. Esos mismos partidos que acompañarán el tortuoso camino de la Roma, ante Bologna, Napoli y Juve. Los partidos fundamentales para encaminar un puesto en la zona Champions que se jugaran sin Dybala.
Este jueves, mientras tanto, la Roma estará obligada a respetar a los 60.000 espectadores que llenarán el Olímpico para el partido contra el Sheriff. Lo que vale poco más que un partido amistoso para la suerte de un grupo ahora encaminado hacia la segunda plaza. «Tenemos que ganar por la afición, por nosotros y por el fútbol, que hay que respetar«, admite Mou. «Haré rotaciones, estoy obligado».
