El Roma-Inter de la jornada 34 de la Serie A finalizó con triunfo 2-0 de los nerazzurri de Inzaghi y con el conjunto de Mourinho momentáneamente séptimo en la clasificación y fuera de las Copas Europeas. La imagen de la tarde de los giallorossi, más allá de la derrota, es la que nos regalo al final del partido.
De hecho, tras el triple pitido de Maresca, José Mourinho saludó primero a la mayor parte del banquillo del Inter y luego entró al terreno de juego. Abrazó a algunos de los suyos, entre ellos a Ibáñez (el gol de Lukaku nació de su error) ya los jugadores muy jóvenes que entraron al final del partido, y luego los convocó a todos juntos. El equipo se integró así en círculo, con el portugués en el centro, mientras el técnico del equipo apartaba las cámaras para que el momento quedara lo más ‘íntimo’ posible.
No es la primera vez que la Roma se reúne en el césped al final del partido en torno a Mourinho, que tras una derrota ha querido compactar al máximo su grupo. Una vez disuelto este círculo de equipo, Special One dio la vuelta y se dirigió hacia la Curva Sud, aplaudiendo en dirección a la parte más caliente de la afición giallorossi que a su vez respondió al entrenador con cánticos aún más fuertes. El Roma-Inter también terminó así.