Después de 34 partidos oficiales, la Roma aún no tiene un esquema de referencia, escribe Stefano Carina en Il Messaggero. Mourinho alineó al equipo 20 veces con el 4-2-3-1, 9 con el 3-5-2, 4 con el 3 -4-1-2 y otro con el 4-3-3. Las ausencias de Ibáñez y Zaniolo hacen que hoy no se descarten algunas sorpresas. No tanto en los hombres, como en su disposición en el campo. “¿Qué si ya decidí un esquema final? No, haremos lo mejor en función de los jugadores disponibles. Si tenemos que jugar de otra manera con Sassuolo, lo haremos. Y si lo hacemos con 3 delante, tendremos que jugar mucho por las bandas«.
Una declaración se pierde en una rueda de prensa que ve a José mayormente ocupado esquivando las preguntas que le llegan sobre el post-San Siro pero abre ante un posible cambio táctico «Jugar por las bandas» implica continuar con el 4-2-3-1, pasar al 4-3-1-2 (con los laterales dispuestos a empujar) o al 4-3 -3 (con los extremos más cerrados se convierte en 4-3-2-1), utilizado hasta ahora solo en la primera media hora en el partido de Coppa Italia contra el Lecce. Contra los emilianos, lo único seguro es el regreso a la defensa a línea de cuartos.
La duda de la víspera, por lo tanto, se refiere a la composición de la mediana y, en consecuencia, del ataque, porque el viernes, día de pruebas tácticas, Mou desplegó inicialmente a Pellegrini cerca de Sergio Oliveira y luego cambió, flanqueando a los dos con Cristante y adelantó a Mkhitaryan al tridente ofensivo, luego como mediapunta, alternando con Lorenzo en un 4-3-1-2 son, por tanto, opciones a tener muy en cuenta. Mientras tanto, la recuperación de Abraham trae un suspiro de alivio. El inglés intentará volver a marcar. En un domingo no tendrá a su lado a Zaniolo.