Empecemos con una buena noticia: José Mourinho volverá al banquillo ante el Milan así como su segundo Salvatore Foti. Si es cierto que un equipo debe saber jugar al fútbol incluso sin su guía en el campo, también lo es que es mejor tener cerca a alguien como el Special One. La otra buena noticia, como informa Alessandro Angeloni en Il Messaggero: con Romelu Lukaku, algunos problemas del equipo se solucionarán o, al menos, se disimularán.
Porque esta Roma tiene problemas y no pocos en este momento. Mourinho trabajó en una formación 3-5-2 durante todo el verano, pensando en un equipo más ofensivo y «superior». Y en la fase ofensiva los números son reconfortantes. El problema está detrás, en defensa, un departamento que siempre ha dado garantías en los últimos años. Ahora Mou se encuentra con una plantilla formada por muchos volantes-centrocampistas ofensivos (Pellegrini, Sanches, Aouar, más Bove) y sin un centrocampista capaz de blindar la defensa, sólo está Cristante, repropuesto como medio interior: Paredes es un creador de juego, no es Matic, tiene otras cualidades, juega un fútbol vertical pero lento.
Y la defensa, que también tiene que pensar en construir el juego (la famosa construcción desde abajo), no tiene un verdadero creador de juego defensivo. Luego está Rui Patricio, cuyo contrato expira el próximo junio y que no está en gran forma. El gol de Duda contra el Verona llegó por uno de sus errores y para muchos no estuvo exento de culpa incluso de los goles contra Salernitana. Mou no tiene intención de renunciar a él ahora mismo, también porque quien esté detrás, Svilar, quien no le da más certezas.
Pero no se descarta que ante otras actuaciones negativas, el segundo portero pueda escalar posiciones o, en lo inmediato, la hipótesis de una llegada de última hora, Hugo Lloris esta descartada y el club confirma que no tiene interés en el galo. Algo es seguro la Roma tendrá que empezar a buscar otro portero para el futuro.