La sorpresa viene con la espera. Son las 10.20 del jueves y quedan unos diez minutos para el inicio del entrenamiento de la Roma, cuenta Stefano Carina del diario Il Messaggero, enviado a Albufeira, en el concentración portuguesa de los giallorossi. «A Mourinho le gustaría dejaros ver la sesión desde la grada, sentados en el banquillo«, es la invitación dirigida a los cuatro periodistas italianos que siguen al equipo en Portugal por parte de los responsables de comunicación del club.
Entrando en el túnel que da al campo, nos cruzamos con Mancini: «¿Qué hacen, entrenas hoy con nosotros?«, bromea el defensa. El primero en venir a recibirnos es el propio José, que hace los honores de la casa. En el banquillo junto a Morais está Nuno Santos, el entrenador de porteros, que se ata las botas. “Mira, soy un buen tipo, no te dejes engañar por lo que ves durante los partidos”, se ríe el portugués quien para confirmar lo dicho, explotando también un vago parecido con el actor Jim Carrey.
Es solo el prólogo, que sin embargo transmite la idea del ambiente sereno que se vive en la pretemporada de los giallorossi. En el lateral derecho del campo, Nuno Santos cuida a los tres porteros con ejercicios destinados tanto a entrenar a Rui Patricio, Svilar y Boer en la empuñadura como en las cintas exprés. A la izquierda, en cambio, ocupa inicialmente la silla el preparador físico Rapetti. Un martillo para motivar a los jugadores: divide al grupo en varias centrales y dibuja un circuito que ve a los chicos rotando en 6 ejercicios diferentes.
Mou sigue todo de cerca, hablando con su segundo Foti. Se mueve constantemente, nunca sentado. Una palabra para espolear a Abraham, otra Tripi. Después de unos veinte minutos, llegan Zalewski, Kumbulla, Viña, Veretout y Karsdorp y comienzan a trabajar por separado. Por fin se ve el balón: para los jugadores es casi una liberación. Tras unos cuantos ‘rondos’, comienzan los ejercicios tácticos en los que el entrenador repite dos palabras a modo de mantra: «Intensidad y calidad«. El trabajo, en el campo dividido en sectores, se orienta a la construcción y desarrollos ofensivos sin conclusiones: «Quiero el menor número de toques posible«, recuerda José. Va a mil por hora.
El observado especial Zaniolo se muestra muy motivado, tanto que recibe elogios tanto del entrenador como de Foti: «Bravo Nico, sigue así«. Y el italiano ejecuta las indicaciones al pie de la letra. En el último partido de preparación entre los equipos amarillo y rojo (ganado este último por 5-4) marcó tres goles. La cuenta atrás de José que da por terminado el partido enfada a Abraham, que falla el 5-5 para darse prisa. El capitán Pellegrini se ríe.