Paradigme

Mourinho confía en los lideres del vestuario de cara al partido contra Leicester

Ante el Leicester, José Mourinho volverá a proponer la columna vertebral de la Roma que le condujo hasta la semifinal de la Conference League. Se privó de ella ante el Bologna por un bien mayor: dejarlo descansar para lograr un objetivo histórico que le falta a Trigoria desde hace 31 años. Desde entonces el mundo ha cambiado, el fútbol es otra cosa, los jugadores del pasado se han convertido en espectadores de los que ahora están llamados a escribir la historia escribe Gianluca Lengua en el diario Il Messagero.

Para llegar a Tirana hay que superar el escollo del Leicester y da igual que haya que hacer una importante rotación con el Bologna, porque el verdadero objetivo de la temporada es intentar levantar la copa que supondría la número 26 del técnico. Smalling, Pellegrini y Abraham (más Zalewski y Karsdorp) podrían haber tenido un impacto diferente si hubieran sido titulares el domingo y, quizás, el partido contra el Bologna hubiera tenido un final diferente.

Salvo el defensa inglés, todos entraron poco antes del minuto 60, pero media hora de juego no fue suficiente para desquiciar a un equipo cerrado y bien alineado. Si Mou volviera, haría las mismas elecciones, porque prefería mirar la luna y no el dedo. Quiso honrar lo que hizo durante la temporada, le dio importancia a las horas de viaje, los puntos perdidos en la Serie A por la Conferencia y los partidos jugados en ciudades de provincia en canchas ruinosas.

Hoy tiene a los líderes a su lado dispuestos a tirarse al fuego por él, como Lorenzo Pellegrini que jugará su tercera semifinal europea dentro de cuatro años. La única, con respecto aquella de la Champions de 2018 ante el Liverpool y el del año pasado con el Manchester United, que no tiene comprometido el resultado de la ida. De llegar a Tirana coronaría como protagonista una temporada que ya le ha visto batir el récord de goles a nivel personal (establecido ahora en 13). Abraham, por su parte, certificaría el rescate tras su exclusión del Chelsea.

El año pasado Tuchel en Do Dragão, en la final de Champions ganada al Manchester City, ni siquiera lo llevó al banquillo. Estuvo en la grada para mirar, pero de todas formas celebró el objetivo conseguido sobre el césped con sus compañeros. El Chelsea es el pasado, el jueves quedará el futuro para escribir. Y hablando de Premier, Smalling ya jugó (y ganó) una final (de la Europa League) con Mourinho en la época del Manchester United en 2017 contra el Ajax. Chris ha dejado su huella en la defensa, ayudando a que el departamento esté entre los cinco mejores de la liga en goles concedidos (40). Su contrato expirará en 2023 y en Trigoria están pensando en ampliarlo un año más.

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