Él no piensa en eso. O al menos pretende no pensar en ello. Para Mourinho, el partido de mañana contra el Betis está por ganar, escribe Stefano Carina en Il Messaggero. Y no porque con un acierto se convertiría en el técnico con más victorias en las copas de Europa desde 1992 (estadística que no incluye las fases previas), año en el que la Copa de Campeones cambió su nombre por el de Champions League.
En juego están los tres puntos ante los españoles que, de conseguirse, permitirían reordenar las cosas en el grupo, complicado tras la inesperada eliminatoria en el debut ante el Ludogorets. Pero el ego de José también es lo que le permitió convertirse en Especial. Lo recordó en junio, tras la final ganada en Tirana. No estamos al nivel de 2011 cuando declaró: «Dios debe pensar que soy un buen tipo. Realmente debe pensarlo, de lo contrario no me daría tanto» pero también «La motivación y la victoria están en mi ADN».
Y por tanto, como ya sucedió ante el Sassuolo hace un año -cuando el gol de El Shaarawy le dio a la Roma el éxito y el liderato en la clasificación y a él la posibilidad de cruzar la línea de meta de las 1000 victorias en su carrera con una carrera salvaje bajo la Curva Sud- ahí estaría no estaría de más si un pequeño pensamiento para superar a Sir Alex Ferguson. Ambos están igualados con 106, seguidos por un viejo zorro como Carlo Ancelotti con105.
