No hay descanso pero ni siquiera tiempo para hacerlo: estos son días en los que la Roma debe cambiar de marcha. De hecho, Dybala no jugará más de 65-70 minutos y Pellegrini, en lo que supone su regreso a la plantilla, irá al banquillo. Otras lesiones complicarían el ascenso en la clasificación tras la salida en falso de la temporada cuenta Corriere dello Sport.
72 horas después del partido contra el Sheriff, que resultó más difícil de lo esperado, no es el mejor momento para enfrentar al Torino, que se centra en la presión colectiva y puede aprovechar tener una mejor frescura atlética. Pero Mourinho, que ya se ha quejado del reparto de compromisos, tendrá que acostumbrarse a la acumulación de estrés: después de todos los jueves europeos jugará fuera de casa. Y además la Roma hace tiempo que no consigue ganar fuera de casa: en los últimos diez partido en liga, sólo ocurrió y curiosamente fue contra el Torino, en abril, gracias a un penalti de Dybala. En Europa League la casilla de victorias a domicilio se desbloqueó en Transnistria.
En silencio esta víspera, José Mourinho cuenta a los jugadores y se da cuenta de que las opciones son limitadas al menos en los dos departamentos, la defensa y el centro del campo, que son los que más dolores de cabeza le han causado en los cinco primeros partidos de la temporada. Luego de una racha negativa de cinco partidos lejos del Olímpico.
Sin embargo, para ajustar números redondos también en la Serie A, debe sumar al menos 4 puntos entre esta noche y el jueves. De lo contrario, se abrirían nuevas grietas en nuestras perspectivas para la temporada. Sin embargo, si la Roma sale de esta pinza con dos resultados positivos, Mourinho alcanzará la prestigiosa cuota de 300 puntos en la Serie A: al vencer al Empoli llego a 296, es decir, una media de 1,9 puntos por partido.