Continúa la serie «Dreaming Roma«, la serie de vídeos oficiales del club que ofrece una mirada cercana a los jóvenes talentos de la cantera giallorossi, en el último episodio, el protagonista fue Mohamed Seck, defensa central nacido en 2006 que juega para la Roma Primavera. Nacido en Italia de padres senegaleses, Seck habló sobre su carrera, sus raíces, su impacto en la realidad romana y sus ambiciones de futuro, revelando un profundo apego a los colores giallorossi y a la ciudad.
¿Cuánto te ha llegado la ciudad de Roma al corazón?
«Mucho, muchísimo. Y también por la afición, por la gente de Roma, por cómo viven el fútbol en todos los ámbitos. Es algo realmente hermoso que no se ve en ningún otro lugar. Hay que vivir Roma; en mi opinión, es inexplicable.»
Cuando entras al Olímpico…
«Te tiemblan las piernas.»
¿Cómo se explica la pasión de esta gente?
«No te lo puedo explicar, de verdad que no lo entiendo, pero es algo realmente hermoso, algo inexplicable».
¿Qué significa para ti formar parte de este club?
«Mucho, porque es una verdadera familia y te sientes como en casa. La Roma te lo da todo, tanto dentro como fuera del campo».
¿Cómo empezaste a jugar al fútbol? ¿Y cómo llegaste a la Roma?
«Empecé en el Mortara Calcio a los seis años. Dos años después me mudé al Milán, estuve dos años y luego al Pro Vercelli, y de ahí a la Roma. Después de un partido [con el Pro Vercelli] a principios de diciembre, recibí una llamada de mi agente diciéndome que la Roma estaba interesada en mí. No me lo creía, mis padres no se lo creían. En cuanto llegó la oferta, no dudé en decir que sí. Quería la Roma, quería cambiar, aunque quizás diera un paso atrás regresando a las categorías inferiores tras mis apariciones en la Serie C».
¿Qué fue lo que más te convenció de la Roma?
«Sin duda la propia Roma. La Roma tiene una cantera que quizás esté entre las mejores de Italia, si no la mejor. Sabía que al venir a la Roma crecería, tanto física como mentalmente, para convertirme en un verdadero jugador. En mi opinión, este es uno de los factores que me trajeron aquí.»
¿Qué tipo de defensa eres?
«Malísimo defensor. En la cancha, definitivamente malo, y no me da miedo ser defensor. Juego con la cabeza, con la inteligencia, y no juego a tonterías. Me gusta mucho tener el balón en los pies, preparar el terreno de juego, marcar el ritmo; me gusta mucho».
¿Un ídolo de la infancia?
«Diría que Koulibaly».
¿Qué te depara el futuro?
«Espero debutar con la camiseta de la Roma. Me encantaría porque sería un orgullo para mis padres, y sobre todo para mis abuelos y el resto de mi familia. A mi familia le debo todo, así que mi debut sería todo para ellos».
