En el verano de los NO repetidos, hay un sí sangriento que se materializa en el horizonte. El de Nemanja Matic ahora cerca de ser traspasado al Rennes. El club francés ya no oculta tener un acuerdo con el jugador, tal y como reconoció ayer el técnico Genesio: “Tengo fe en mis directivos. Estamos trabajando para cerrar la negociación«. Una situación que ha puesto a la Roma contra la pared, desplazada por la voluntad inflexible del futbolista serbio.
La historia entre los giallorossi y Matic ha llegado ya a su fin y la despedida ya podría consumarse en las próximas horas asegura este sábado el diario La Reppublica. Por ello Tiago Pinto ha acelerado los contactos con Leandro Paredes. Es el reemplazo identificado y el diretor general giallorossi ya recibió el visto bueno general del argentino que volvería a vestir la camiseta de la Roma seis años después.
Un giro inesperado que la Roma habría evitado gustosamente, arruinó un mercado de entrada en un evidente punto muerto. A una semana del inicio de la temporada, la preocupación de la afición crece. José Mourinho necesitará ahora al menos 5 fichajes: un defensa, dos delanteros y dos centrocampistas.
Por su parte cuenta Corriere dello Sport que tampoco ayer Nemanja Matic entrenó con el equipo. De hecho, incluso se rumorea que el centrocampista serbio no se presentó ni siquiera en Trigoria, pero la Roma lo niega. En cualquier caso, la fractura con Matic es cada vez más grande y probablemente, habiendo llegado a los diez días sin entrenar, incluso irreparable. El serbio (que no viajo a Tirana con el equipo para el último amistoso del verano) ahora ha decidido que quiere jugar para Rennes, aceptando la oferta de dos años con una opción para otra temporada neta de tres millones.
Tras una temporada como protagonista en la capital italiano, con su liderazgo consolidado en el vestuario y el cariño de la afición de la Roma, Matic ha tomado la decisión de marcharse de la capital aprovechando una propuesta que le permitiría tener un año más de contrato y por tanto menos problemas al final de la próxima temporada, cuando expiraría su contrato con los giallorossi. El problema es que la Roma aún no ha recibido ninguna oferta del club francés. O en todo caso no a la cantidad solicitada no sólo para obtener una buena plusvalía, sino también para no tener que perder en su salida lo que supondría la pérdida de los beneficios del decreto de crecimiento.
