Entre Tirana y la gloria, está la Roma, que saco el 1-1 hace cinco días en King Power, pero en la temporada en la que se anuló la regla del gol que valía el doble de distancia, se empieza de cero.
Leicester perdió el domingo 3-1 en el campo del Tottenham de Antonio Conte y quedó clavado en el puesto 11, se aferra a la Conference League, no solo para escribir otra página de historia, sino también para confirmarse en Europa.
Brendan Rodgers ha alineado ocho nuevos peones en comparación con el partido contra la Roma, confirmando solo a Kasper Schmeichel, Castagne y Albrighton. El Leicester gastó menos energía nerviosa que la pandilla de José Mourinho, comprometida en la vuelta por un puesto en la Europa League con Lazio, Fiorentina y Atalanta.
En el Olímpico, Rodgers volverá a proponer a Maddison, Vardy, Fofana, Tielemans y podría alinear a Barnes desde el inicio. También hay posibilidades para Ienanacho, que marca ante el Tottenham: “La Roma es un equipo fuerte -palabras del nigeriano-, pero tenemos unas motivaciones enormes para llegar a la final. El apoyo de nuestra afición será fundamental. Queremos darle a nuestra gente el sueño de un trofeo europeo”. El ejército de los Zorros, rebautizado como Ejército Azul, caerá en el Olímpico: tres mil cuatrocientos aficionados.