Gianluca Mancini habló en la rueda de prensa posterior a Mourinho en la víspera del partido contra el Salzburgo. El defensa de la Roma se ha convertido ya en un auténtico líder de los giallorossi y en el último partido de Liga jugó con el brazalete de capitán. El ex del Atalanta jugará mañana y liderará la mochila junto a Smalling e Ibáñez.
Estamos en la víspera de una noche importante. ¿Qué carrera esperas?
«Una guerra como en el partido pasado. Tendremos que pelear por todas las pelotas e intentar abrir el marcador inmediatamente para ganar tiempo. Queremos ganar y pasar».
Si la Roma consigue pasar, ¿será una hazaña o habrá cumplido con su deber?
«Es un partido importante porque jugamos en Europa y es importante para la clasificación. Si gana la Roma, pasamos y estamos centrados en los siguientes. No hay manera de empapelar la ciudad por un octavo. Queremos seguir en la Europa League”
Este año recibes menos tarjeta amarilla. ¿Has trabajado en ello?
«En ese sentido me miré al espejo y vi cuántas tarjetas amarillas me habían sacado y me hacían perderme demasiados partidos. Trabajé en mí mismo para reducir esto para no perderme los juegos. Repasando los partidos en los que recibí unas amarillas de forma estúpida y sin sentido. Estoy mejor. Hasta el entrenador me dio una mano y mejoré en mí mismo para no hacerme amonestar. Vamos a tener algunos altibajos. El año pasado los tuve, pero también este año. El rendimiento depende del equipo y de los partidos que juguemos, llevamos un año y medio trabajando juntos y son una serie de cosas que te hacen hacerlo mejor. Todos los jugadores tienen altibajos, pero todos deben concentrarse y darlo todo».
Los tres centrales, tú, Ibáñez y Smalling, sois casi uno, sois como una familia. ¿Cuál es su relación con sus compañeros de rol? ¿Y la próxima temporada espera volver a jugar con Smalling?
«Son mi familia, y no lo digo solo ellos, lo somos todos. Es un vestuario realmente excepcional, donde nos queremos, tenemos un único objetivo y trabajamos al máximo cada día. Sí, los tres llevamos mucho tiempo jugando juntos, pero también está Marash Kumbulla, un chico excepcional que siempre entrena al máximo y siempre está listo cuando se le pide. Ahora ha llegado Diego Llorente, que ha aportado experiencia y también forma parte de la familia de los defensores. Jugar juntos durante mucho tiempo ayuda a entenderse en primer lugar, incluso con una simple mirada, para comprender las fortalezas y debilidades de tu compañero, trabajando también en ellas y llevándote a tener un mejor desempeño. Pero como digo tantas veces, no somos sólo los defensas los que hacemos que la defensa vaya bien: es todo el equipo el que se sacrifica, empezando por los delanteros, para que la fase defensiva sea sólida y fuerte. En cuanto a jugar con Smalling, espero y creo que sí».
El técnico habló de unos pitidos, de alguna parte del estadio que se siente pasiva: ¿había esa percepción en el vestuario? ¿Te ha molestado algún silbido?
“Creo que el técnico se refería al último partido, cuando dijo que Edoardo Bove quien es un chico joven, que está jugando sus primeros partidos en una plaza importante, y por tanto era una ayuda que podía estar ahí para Edo. Está claro que, si sentimos el estadio presente -como el año pasado pero también como este año- en casa es una ayuda extra, es una fuerza extra, es el jugador extra. Porque el Olímpico se hace sentir cuando está concentrado: a mí me lo hizo como rival y todavía hoy, cuando sé que nuestra afición está en su mejor momento, te empuja a hacer algo más. Entonces, personalmente, cuando juego, estoy concentrado en lo que hago en el campo y, si me abuchean y me dicen algo, no lo escucho. Esperemos que mañana el estadio nos eche una mano y sea un empujón más. Pero también depende de nosotros hacer que el estadio nos empuje».
¿La última victoria le dio el equilibrio adecuado para darle la vuelta al resultado de la ida?
«El último partido fue de Serie A y fue importante para la liga. Mañana tenemos octavos de final contra el Salzburgo. Y estamos listos, con muchas ganas de volcarlo, porque nos hemos puesto en la posición de estar atrasados en el resultado, y ahora tenemos que volcarlo para avanzar. En cuanto al equilibrio en el vestuario, siempre lo tenemos: con la plantilla y con todos los que trabajamos en Trigoria. Y este equilibrio siempre está ahí, tanto cuando las cosas pueden salir mal como cuando ganamos».