Mañana se acaba una era para la Roma: la de cotizar en bolsa. Comenzó el 23 de mayo de 2000 y terminará el 14 de septiembre de 2022, gracias a que la nueva propiedad que decidió salir de la Piazza Affari pues en este momento estar en la bolsa tenía más desventajas que oportunidades, escribe Massimo Cecchini en La Gazzetta dello Sport.
Sin embargo, para dar este paso tan importante para la empresa, la familia Friedkin tuvo que invertir unos 38 millones, la cantidad que se destinó a reunir las acciones de los pequeños accionistas. Para convencerlos, de hecho, se creó un «programa de fidelización» que ofrecía a todos oportunidades de estar cerca del equipo que casi no tiene similitudes en el fútbol europeo. Si se quiere, se trata de una operación al estilo NBA, que permitirá a algunos afortunados incluso ir a cenar con los propios José Mourinho y Friedkin.
La salida de Bolsa es un ahorro, además de permitir una mayor agilidad y rapidez en todas las transacciones internas, que no tendrán que ser fiscalizadas por la Consob, según la dirección también permitirá ahorrar unos 7 millones por temporada. Pero no es solo el impacto económico lo que ha convencido a los nuevos líderes, ya que toda la operación está en línea con una tendencia general que también se está registrando en otras áreas.
