La Roma está a los pies de su nuevo rey. Pero claro, ya era así antes de que empezara a marcar, basta recordar la bienvenida que recibió de Romelu Lukaku a su llegada a Ciampino. Y en menos de un mes está devolviendo con goles el cariño de su nueva afición. El del Torino es el tercero consecutivo en los últimos tres partidos y el jueves por en el Marassi intentará repetir. Llegado último después de un verano de interminables flirteos con Inter, Juventus y Arabia, le llevó menos que muchos de sus compañeros llegar a una condición que le permitiera establecerse ya como líder del vestuario.
Un líder no sólo en el aspecto técnico, sino también en sus actitudes dentro del campo y dentro de los muros de Trigoria cuenta Tuttosport. De hecho, hay bastantes ocasiones contra Empoli, Sheriff y Torino en las que se vio a Big Rom agitando los brazos, dando consejos, pidiendo el balón o incluso requiriendo a un compañero. Todo ello sin faltar nunca el respeto, pero con el temperamento de quien siempre intenta dar lo mejor de sí y exige lo mismo de los demás. Una actitud que gusta a Mourinho, convencido de que el Romelu visto hasta ahora todavía tiene un gran margen de mejora. Por este motivo, también será titular el jueves por la noche en Marassi, porque un físico como el suyo necesita minutos para estar a pleno rendimiento.
Pero mientras tanto José, al menos por el momento, está satisfecho con una actuación que llevó al belga a marcar su gol número 59 en la Serie A en Turín, el día de su centésimo partido en la máxima categoría italiana. En su mente ahora está la Roma y la vuelta a la Liga de Campeones que dependerá mucho de sus jugadas junto a Paulo Dybala. El feeling va en aumento, como se vio en Tiraspol con motivo del gol de Romelu, pero también en Turín. Con Genoa les volverá a tocar.
