Ahora comienza los días de Lukaku tras su llegadas. Esos que necesitara el nuevo delantero centro de Mourinho para ponerse en forma, después de un verano complicado pasado al margen del proyecto del Chelsea, a la espera de encontrar un equipo con el que demostrar que sigue siendo uno de los mejores delanteros de Europa, escribe Emanuele Zotti en La Gazzetta dello Sport. Para ello eligió la Roma, convencido por el proyecto Friedkin y consciente de que ganar con la camiseta giallorossi puede tener mayor valor que clubes con mayor perfil internacional. Evidentemente, para conseguir el objetivo, primero tendrá que alcanzar un estado de forma óptimo, partiendo de su peso ideal, que es de 101 kg. Quizás no esté al 100% de inmediato, pero servirá como base para mejorar en las próximas semanas.
La ruta comenzará hoy, cuando sobre las 9.00 horas cruzo la puerta de Trigoria. En un día que le verá ocupado en varios frentes, desde la oficialización del contrato hasta la sesión de foto con la nueva camiseta -eligió el número 90, el mismo que la temporada pasada en el Inter-, pero sobre todo el inicio de los trabajos en la agenda en el campo con un programa personalizado que continuará durante todo el receso. El primer paso es intentar conseguir una convocatoria para el gran partido de pasado mañana y ver el partido contra el Milan desde el banquillo para empezar a respirar el ambiente de un Olímpico con entradas agotadas -por 35ª vez consecutiva- dispuesta a recibir él como un héroe.
Los exámenes médicos realizados ayer en la clínica Villa Stuart, concluidos pasadas las 22:00 horas, confirmaron que el imponente físico es sólido, pero faltan algunos kilos que perder para llegar al peso ideal. Por lo tanto, Lukaku trabajará (tanto en el campo como en el gimnasio) primero en el campo en la resistencia y luego en el sprint. Y con todas las precauciones del caso, para evitar que suceda como la temporada pasada, cuando una lesión frenó su preparación para alcanzar su mejor forma.