Pasan los días y el lugar permanece vacío. La del prefecto de Roma que lleva 35 días esperando a su nuevo inquilino, escribe Marco Juric en La Repubblica. El puesto en el Palazzo Valentini está vacante desde el pasado 9 de marzo, cuando Bruno Frattasi dejó su cargo. Y mientras tanto la Capital espera, enredada en delincuencia, emergencias sociales y decisiones de seguridad a tomar con urgencia.
O para ser evaluado con menos ligereza, como se hizo con la afición del Feyenoord, a la que se le prohibió jugar en Roma. La Digos en el trabajo para prevenir accidentes con ultras neerlandeses. Vigilancia especial de sitios y chats de seguidores. A pesar de la ausencia del prefecto, la capital se prepara para atender a la numerosa afición del Feyenoord que se espera entre el 19 y el 20 de abril, a pesar de la prohibición de viajar.
La Digos ha estado monitoreando los principales sitios web de los ultras de los Paises Bajos durante días, siempre muy activos en anunciar sus intenciones, para comprender cualquier movimiento con anticipación. Una semana después del evento, varias reservas desde Holanda siguen activas en las principales agencias de viajes online. Por eso, el día del partido, la policía instaló controles reforzados en el aeropuerto, en Termini y en otras estaciones, en el centro y en los alrededores de los monumentos más importantes.