«Pasan los años, pero los problemas económicos siempre quedan en primer plano», escribe Massimo Cecchini en La Gazzetta dello Sport.
Como se sabe, a el gerente general del conjunto capitalino, Tiago Pinto, le espera un gran trabajo para «adelgazar» la plantilla y, en consecuencia, rebajar el monto de sueldos. No es fácil.
Si bien Juan Jesús y Bruno Peres están a punto de ver sus contratos terminar, Pastore, Pedro, Dzeko no están ni siquiera cerca. Aunque implicará dificultades, la directiva espera poder encontrar acomodos en algunos casos, incluso a costa de tener algunas pérdidas para deshacerse de esos sueldos tan pesados.
Otra tarea que le espera al portugués y parece titánica es la de resolver el futuro de los jugadores en préstamo. Probablemente, por ahora solo Alessandro Florenzi tiene buenas posibilidades de ser rescatado por el PSG por 9 millones. El resto de jugadores a préstamo, sin embargo, están en el aire. La situación es incluso más complicada que aquellos que tienen sueldos importantes.
A Robin Olsen no le importa cuanto Ancelotti le estime. Un robo sufrido en casa hace unos días parece alejar al sueco de la ciudad de Liverpool, jugador que debería venderse, mínimo por 4,5 millones para no marcar una pérdida en el balance de la Roma. Aún mayor es el riesgo con Nzonzi, que está a punto de poner fin a su préstamo de dos años en el Rennes: para no tener una pérdida mayor, la Roma debería venderlo por al menos 7,5 millones, siempre para no dejar pérdidas, algo que no parece fácil.
Un escenario complejo también es el de Justin Kluivert, que hasta ahora no ha logrado hacerse con un papel de protagonista en el Leipzig: la Roma debería sacar al menos 8,5 millones de su fichaje para no marcar una pérdida en la hoja de cuentas. Discurso similar para Cengiz Ünder cedido al Leicester: para no caer en un «agujero» presupuestario, la Roma debería recibir al menos 5,3 millones por el delantero turco.
.RPR.
