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Los hinchas romanistas no abandonan al equipo; primero viaje a Ginebra y luego Reggio Emilia.

Mourinho lo tiene claro: quiere un equipo con determinación y carácter incluso fuera de casa. No más jugadores intimidados por el entorno externo, no más jugadores que sientan la presión de los estadios contrarios.

Necesitamos a la Roma de los bandidos, para conseguir resultados y enorgullecer a la afición. ‘The Special One’ quiere ganar para ellos, quiere tener un equipo con más carácter para poder disfrutarlo también en el sector visitante, tanto cuando las temperaturas llegan a los 40 grados como cuando -y este es el caso- rozan los cero grados.

Un primer éxodo a Suiza, con aforos limitados en el sector, pero no hay que subestimarlo teniendo en cuenta el partido entre semana y a las 21 horas, que obliga a irse de vacaciones a los numerosos trabajadores que se marcharon para apoyar al equipo. Por tanto, la Roma y los aficionados tendrán el mismo horario de viaje.

Regreso a Trigoria el viernes por la mañana y el domingo todos se dirigen a Reggio Emilia para enfrentarse al Sassuolo. Segundo éxodo en una semana, y aquí el sector invitado no puede ser suficiente. La demanda de entradas fue tan alta que el club emiliano también abrió otros sectores a los aficionados giallorossi. En definitiva, más de 5.000 aficionados de la Roma ocuparán los asientos del Estadio Mapei en un viaje tan apreciado por los aficionados como difícil para el equipo.

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