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Los Friedkins se están tomado su tiempo y quieren proceder con la máxima cautela en la elección del próximo entrenador de la Roma

Reuniones, llamadas telefónicas y mensajes con un solo objetivo: buscar y elegir al nuevo entrenador de la Roma para la etapa post-Juric. Los Friedkins trabajan para llenar una de las muchas casillas vacías en el organigrama de Trigoria, partiendo de la firme conclusión de que para ellos no hay posibilidad de dar marcha atrás y revocando a De Rossi, todavía bajo contrato hasta 2027. El ex entrenador de los Giallorossi mientras tanto ha vuelto a hablar: «¿Nunca más en Trigoria? Nunca dije esto. Más allá de la dinámica tanto de un jugador como de un entrenador, el despido es parte del trabajo. Trigoria es mi casa, también lo dijo el presidente y mi padre también trabaja allí. Pasé más tiempo en Trigoria y Coverciano que en casa. Así como volví a Coverciano, algún día volveré también a Trigoria. Donde uno está bien, uno vuelve.»

En el período más delicado de su gestión, con la consiguiente aprobación de una plaza absolutamente inexistente, los Friedkins se han tomado su tiempo y quieren proceder con la máxima cautela, según el escenario trazado por el director deportivo Ghisolfi asegura Filippo Biafora este martes en el diario Il Tempo. La lista de nombres surgidos en las últimas horas es larguísima, casi infinita, estando todos los entrenadores disponibles en el mercado vinculados al club capitolino. La mayoría de ellos, incluidos Mancini y Allegri, juran que los Friedkins nunca se han puesto en contacto con ellos.

Uno de los perfiles que circula con más insistencia es el de Terzic, ya propuesto y examinado cuando luego se fue a por Juric tras el despido de Daniele. En cuanto al alemán, fue el diario Bild el que enfrío los ánimos: «Actualmente es bastante improbable. Terzic se encuentra actualmente en Inglaterra y celebrará una conferencia en Manchester el 12 de noviembre». El camino recorrido por la propiedad aún está por entenderse, y ni siquiera permite entender si se quiere centrar en un interino o en un perfil de alto nivel con el que iniciar un nuevo proyecto. Y ni siquiera si prefieren un italiano o un extranjero. A la espera de que llegue el anuncio del entrenador, también queda por resolver la cuestión del CEO: en los últimos días se han realizado otras entrevistas con posibles candidatos, siempre de carácter «italiano», con el deseo de centrarse en alguien que no necesita meses y meses de aprendizaje para entender hacia dónde será catapultado. Es el momento de tomar decisiones difíciles para restablecer Roma y hacerla renacer de los escombros actuales.

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