Si en el aspecto técnico, con dificultad, se intenta pasar página, en el aspecto corporativo no hay intención de rendirse, al menos por ahora. Los Friedkins, según se filtra de círculos cercanos a Trigoria, han comprendido que han tomado caminos equivocados en los últimos meses, con elecciones cuestionables, que no sólo no han dado resultados, sino que han dividido a la afición, escribe Alessandro Angeloni en Il Messaggero. A partir de la decisión de elegir una directora ejecutiva, Lina Souloukou, sin ningún conocimiento de nuestro fútbol: un club confiado a un buen profesional, pero totalmente alejado de las estrategias corporativas y técnicas. A partir de ahí se colapsaron las relaciones entre Lina, los propios propietarios y De Rossi, con quien el diálogo era mínimo y si lo había, los tonos siempre eran altos.
Necesitamos, y los propietarios norteamericanos están convencidos de ello, un directivo que sepa ser más aglutinador que centralizador. Y sobre todo tendrá que ser una persona que no venga de Marte, pero que tenga ciertos conocimientos del fútbol italiano y del territorio (Antonello, por ejemplo, o Fenucci). La compra del Everton no ha cambiado sus planes: Roma sigue siendo un punto fuerte de su negocio, que también incluye la construcción del estadio, cuyo proyecto ejecutivo esperan presentar, con optimismo, a finales de año. Juric es el primer entrenador y salvo otros desastres, seguirá en su lugar. En caso de despido, una cosa es segura: De Rossi no volverá, ya que lo despidieron porque se consideró que no estaba a la altura. ¿Y por qué lo llamaron a él en lugar de a Mourinho? Los Friedkins pensaron que era la figura adecuada para dar satisfacción a la plaza. Un ídolo, un tótem, un motor y durante un tiempo funcionó. Pero debido a su inexperiencia, tuvieron dudas desde el principio. Sólo ellos conocen al técnico del futuro, Daniele es considerado local, pero de momento no se espera su regreso. Dependerá de él romper el contrato existente cuando abrace otro proyecto.
Hablamos de la plaza, de opciones de proximidad. Aquí los propietarios buscan la manera de que los aficionados vuelvan a su lado. ¿Con qué iniciativas? En primer lugar, necesitamos resultados, un equipo creíble y un mercado siempre a la altura, que dé una sensación de construcción y no de abandono. Está claro que a la afición también le importan otros aspectos, conocidos y más ligados a la tradición. 1) La marca, el escudo. Que pronto volverá a los orígenes (la Lupa Capitolina registrada en un escudo con las siglas Asr debajo). 2) Oficializar una determinada fecha de nacimiento del club. Hay quienes, por ejemplo, relacionan la antigua propiedad con el 7 de junio de 1927 (mes de las firmas de los fundadores, pero nunca se ha encontrado el documento oficial). Hay quienes, la mayoría de los aficionados, identifican el 22 de julio como la verdadera fecha de nacimiento de la Roma. Junio es el mes de las firmas de los fundadores, julio es el momento del reparto de roles corporativos, en via degli Uffici del Vicario. Y es aquí donde, cada año, miles de fans se reúnen para reivindicar una fecha única. Eso.