Si José Mourinho sigue su camino al frente de la dirección del equipo, el mantra de la familia Friedkin -lo que se exige a todos los colaboradores- es presionar para aumentar los ingresos, también de cara a la formulación del nuevo juego limpio financiero que de la Uefa, ya finalizando y que pronto debería ver la luz, escribe Massimo Cecchini en La Gazzetta dello Sport.
Como es sabido, el balance de la empresa Giallorossi sigue adolorido, a pesar de los casi 600 millones que pagaron los dueños estadounidenses por la Roma, entre la adquisición y el mantenimiento del club. Por ello, la dirección lleva tiempo trabajando para encontrar un patrocinador al que venderle los «naming rights» del polideportivo de Trigoria. Las negociaciones con algunas empresas internacionales importantes están avanzando y el objetivo es construir un acuerdo de tres años por un valor de alrededor de 10 millones. Oxígeno puro para los altavoces del club.