Sin ganas de aparecer, pero con presencia estable, los Friedkins se han apoderado de la Roma y paso a paso intentan dejar su huella. Quienes los ven todos los días dicen: “Estos señores no están interesados en aparecer, no quieren congraciarse con los periodistas, solo quieren obtener resultados”. Resultados deportivos y económicos, con una ampliación de capital por hacer, intentando volver a acercar a la afición al costado del club, incluso con pequeños gestos como el antiguo emblema que volverá a la segunda camiseta el próximo año.
Los Friedkin, como escribe Roberto Maida en Corriere dello Sport, tienen presencia habitual en Trigoria y en los partidos. Contra Young Boys por ejemplo será el quinto en el estadio para Dan y Ryan, mientras que Pallotta tuvo que esperar casi tres años para conseguir cinco apariciones en la grada. Desde la salida de la bolsa hasta el encuentro con la Raggi, hasta la búsqueda de ejecutivos realizada en persona, ya no delegando en terceros, sino liderando a la Roma. Una de las diferencias se vio entonces en el mercado, donde se guardaban las mejores joyas, con la inserción simultánea de refuerzos a costos sostenibles. Ahora buscamos dos figuras que tengan experiencia y carisma en el mundo del fútbol: un director general y un director deportivo. Aquí el único punto de contacto con Pallotta, porque será el director gerente el que indique la derecha, como hizo Baldini con Sabatini. Fienga trabajará para Roma hasta la ampliación de capital del próximo año, luego se reunirá con los Friedkins para discutir su futuro.