Dan Friedkin regresó el domingo al Olímpico por primera vez en 2023. Aclamado por la afición en la entrada, cumplió con numerosos pedidos de selfies. Su presidencia siempre obtiene mucho apoyo de la afición. Tras el partido ante la Fiorentina volvió a marcharse, volverá en las próximas semanas, su hijo Ryan y sus colaboradores siguen al frente de la dirección de la empresa.
El empresario norteamericano ha invertido mucho dinero en la Roma, la ha sacado de Bolsa, está poniendo las cuentas en orden y avanza con seriedad en la construcción del estadio propiedad del club según cuenta Corriere dello Sport. En dos años y medio de gestión ha vuelto a traer un trofeo a la vitrina de los giallorossi, hay nueva ilusión entorno al estadio, tras los últimos años grises de la gestión anterior. Desde hace meses el Olímpico siempre se ha repletado. Su presidencia es sólida, no tiene intenciones de pasar del club, luego de haberse expuesto fuertemente desde el punto de vista económico con el club italiano.
Friedkin quiere seguir adelante, armando un equipo cada vez más competitivo, cumpliendo con las directrices impuestas por la UEFA para el Fair Play Financiero. El actual presidente posiblemente podría estar interesado en tener un socio, un accionista minoritario, que lo ayude en la construcción del estadio. Sólo para construir el estadio. Los Friedkins han hecho inversiones de más de 700 millones de euros y tienen la intención de seguir adelante. Desde que llegaron en agosto de 2020 han cambiado toda la estructura corporativa, también ha cambiado el gestor de ticketing desde principios de año.
Hasta ahora, la familia Friedkin ha relanzado Roma con solo los medios a su disposición. La empresa giallorossi tiene una situación de deuda de 219 millones, pero el magnate estadounidense pretende seguir invirtiendo y el estadio de Pietralata se considera un activo estratégico, además de meta de la Champions League.
Por lo tanto sin cambios a la vista en la estructura societaria de la Roma y en el organigrama de los Giallorossi aseguro también La Gazzetta dello Sport. Los rumores que circulan en las últimas horas, según los cuales el multimillonario estadounidense Tom Barrack -descrito por la revista Fortune como «el mayor inversor inmobiliario del mundo»- pretendía presentar una oferta para comprar el club de Friedkin, no se reflejan en Trigoria y en los círculos cercanos a la presidencia.
Actualmente, no se han registrado expresiones de interés, ni oficiales ni informales, y no parece haber ningún inversor en el horizonte con la intención de adquirir las acciones mayoritarias. Diferente discurso en cambio entorno al estadio que la propiedad romanista pretende construir en Pietralata. El proyecto de la nueva casa de los Giallorossi ha levantado las antenas de varios insiders, que pronto podrían tantear el terreno con la intención de conocer si hay margen para entrar en el «stadium deal»