Una post-partido frenético. Como suele pasar en el Olímpico. Entonces, mientras José Mourinho, después de haberlo hecho ya en el campo, fue a felicitar al Verona en el vestuario, la directiva del conjunto Giallorossi bajo a disculparse con el árbitro Pairetto, escribe Stefano Carina en Il Messaggero.
La actitud de José durante el partido -que se quejó dramáticamente de las constantes pérdidas de tiempo de los de Tudor y de un contacto no sancionado en el área con Pellegrini- no pasó desapercibida ni en la grada. La jugada diplomática del club tiene como objetivo evitar al portugués más de una jornada de sanción. Ciertamente, en el informe de los árbitros enviado al juez deportivo Mastrandrea, se destacaron alusiones desagradables del portugués hacia el colegiado de Turín. Ahora, para obtener una imagen completa, será necesario comprender lo que los agentes federales que estaban al margen han escuchado y escrito. El club está a la espera de la respuesta, posiblemente lista para intervenir con una apelación.