Una vez que se paga un bono, surge otro. La estrategia de la familia Friedkin no es eludir, es contundente. Los propietarios de la Roma han decidido emitir un nuevo bono para inversores cualificados por valor de 175 millones de euros, contra la devolución simultánea del anterior de 275. Supone que en el «canje» los Friedkins destinarán otros 100 millones netos al Club. Logrando el doble objetivo de bajar la tasa de interés en la transición de un bono a otro según Corriere dello Sport.
Es un paso muy importante que confirma los rumores surgidos desde los inicios del mandato de los norteamericanos: a diferencia del anterior, cuenta con un programa de puesta en valor a largo plazo que pretende restaurar y potenciar el activo siguiendo un camino lento pero inexorable.
Los Friedkins están dispuestos a amortizar el bono de 275 millones emitido en 2019, devolviendo a los inversores institucionales que se habían adherido a la oferta de forma anticipada, respecto a la fecha de vencimiento de 2024. Según se dijo se buscarán inversiones privadas.