Pellegrini no se esconde y dando la cara intenta reparar el distanciamiento con la afición, todo nace de actuaciones fluctuantes y de muchos chismes e invenciones sobre las despedidas de Mourinho (la historia del anillo) y De Rossi cuenta este jueves Filippo Biafora en el diario Il Tempo.
El dorsal número 7, acusado de estar detrás del doble «despido», habló duramente sobre los detalles de la destitución de DDR en la conferencia de vísperas del segundo partido de la Europa League contra el Elfsborg. «El equipo no esperaba ni quería el despido. No soy de hacer payasadas, estoy acostumbrado a decir la verdad. Ese día lo que sucedió es que se me ocurrió decir la verdad, fue en lo que pensé ese día. Otras cosas pasaron y mi verdad no fue solicitada. Tengo mucho respeto por Daniele y su personal. Pero seguimos adelante porque la Roma es lo más importante y siempre avanza«, palabras del capitán de la Roma, que sólo tiene un destinatario: Lina Souloukou.
La historia ya era conocida, pero ahora llega una confirmación oficial. En los días previos al cambio en el banquillo, la ex directora general convocó a un grupo de jugadores para pedir la opinión del equipo sobre Daniele, pero excluyó de esta a Pellegrini, Mancini y Paredes, considerados por ella como demasiado «cercanos» al técnico. Pero también los demás entrevistados, entre ellos Dybala, subrayaron cómo el vestuario estaba unido para seguir las instrucciones de entrenador. Una unidad que rara vez se ha visto en Roma a lo largo de los años. Y, en cambio, Lina, se presento ante los Friedkins contando una realidad completamente diferente, con una reconstrucción que también empujaba a los propietarios a apoyar el despido.
La separación, entonces, tomo de sorpresa a Pellegrini y Mancini lo que les llevo a pedir explicaciones al presidente y al vicepresidente y también estuvo Ghisolfi quien tuvo actuar personalmente para que la directiva griego no le atribuya la responsabilidad de la reorganización. De hecho, el director deportivo se negó a firmar una entrevista en la que debería haber asumido la responsabilidad de lo ocurrido con De Rossi, presentando sus quejas al respecto a los propietarios. A partir de ahí todo culminó con la «dimisión» de Souloukou.
