El Feyenoord-Roma ya forma parte de la historia, transcurrió sin ningún problema particular fuera del estadio, también porque los aficionados de la Roma respetaron la orden de prohibición de viajar impuesta por las autoridades neerlandesas. Las autoridades italianas están notablemente más preocupadas por el partido de vuelta en el Olímpico el 20 de abril, escribe Francesco Balzani en el diario Leggo.
Este viernes, de hecho, Federalberghi (principal organización empresarial del sector turismo-alojamiento en Italia) envió un comunicado a todos los hoteles de la capital «debido a la alta probabilidad de llegada de un gran número de aficionados de los Países Bajos que se alojarán en las estructuras de la capital a pesar de la prohibición». La asociación ha recibido aportaciones precisas de la Digos que teme la llegada de varios ultras del Feyenoord como sucedió hace un mes en Nápoles con los del Eintracht Frankfurt. Máxima alerta y solicitud de cooperación con las autoridades en caso de reservas sospechosas desde la tierra de los tulipanes, pero no solo eso. De hecho pronto la comunicación llegará también a los bares del centro de la ciudad.
El objetivo es evitar nuevos incidentes como sucedió en 2015 cuando las bárbaras olas holandesas que entre otros daños provocaron la devastación de la Piazza di Spagna y la famosa fuente Barcaccia. Poco después del sorteo de Nyon, las franjas extremas del apoyo de Róterdam invadieron las redes sociales, recordando lo sucedido y enviando mensajes alarmantes: «Vamos a vengarnos de Tirana, destruiremos Roma«, «Demoleremos la fuente«, «Si esta reconstruida, lo romperemos de nuevo«.
La policía está monitoreando la situación y, mientras tanto, ha invitado a los hosteleros a reportar la presencia de fanáticos neerlandeses: «La Policía Estatal invita a los operadores de alojamientos a reportar cualquier reserva de grupos organizados de ciudadanos holandeses, en particular provenientes de Rotterdam en el período intermedio entre 16 y 21 de abril, con el fin de realizar las diligencias preventivas pertinentes para proteger el orden público, pero también la estructura de acogida«.
