Hay una convocatoria simbólica en el aire para Marash Kumbulla. Vendrá contra el Napoli o quizás contra la Juventus. Pero aquí estamos. La luz verde se encendió hace unas semanas, cuando el defensa volvió a trabajar a pleno rendimiento bajo la dirección de Mourinho en Trigoria. Tal vez se asuste ante la primera entrada real, tal vez incluso grite para ahuyentar los miedos y los fantasmas de una larga lesión. Normal y además correcto. Siempre ha funcionado así.
Mourinho no tiene cambios en defensa. Si falta alguno entre Llorente, NDicka o Mancini, sólo le queda bajar a Cristante o adaptar a Celik. En los compases finales contra el Sheriff Tiraspol, con el resultado congelado, también se vivió el experimento de Bove en defensa. Traducción: Kumbulla en este momento seria de ayuda para el ‘Special One’.
Está claro que el retorno será gradual y lento para no correr el riesgo de recaídas asegura este miércoles Corriere dello Sport. Pero mientras se espera un movimiento en el mercado de fichajes, la perspectiva de ver al internacional albanés nuevamente en el banquillo es un gran suspiero para la Roma. También porque en enero NDicka se irá a jugar la Copa Africana de Naciones con Costa de Marfil, una selección que tiene lo necesario para llegar al final del torneo. Para que conste, la final está prevista para el 11 de febrero. Kumbulla, por tanto, será un arma adicional en el futuro. El exjugador del Verona quiere volver al campo para vengarse de su mala suerte.
