Sørloth es un gigante que, con 29 años en diciembre, después de haber recorrido media Europa, llegaría a Trigoria en las mejores condiciones físicas y sobre todo mentales asegura Corriere dello Sport. Confiado, preparado para el gran salto tras un año como protagonista.
El Villarreal pide una cláusula de rescisión de 38 millones de euros. Si Roma asigna ese cheque, Sorloth hace la maleta y llega al calor romano en unas horas. Pero dado que los Friedkins no tienen intención de pagar tanto por un buen jugador que roza los 30 años, es necesario negociar.
La voluntad del jugador puede y debe ser decisiva. Si deja claro al Villarreal que quiere marcharse, en ese momento a Ghisolfi le resultará más fácil negociar y llegar a un acuerdo sobre el precio.