Paradigme

La verdadera historia del anillo entre José Mourinho y Lorenzo Pellegrini; falsas acusaciones y disculpas telefónicas

Todo lo que se necesita es una historia, quizás interrumpida a mitad de camino, y una historia puede adquirir una consistencia diferente, otro sabor, una nueva profundidad. La historia de Roma, y ​​en concreto la historia de la Roma, está llena de esas medias verdades y fanfarrones que siempre nos las sirven con un fin, casi siempre malicioso, o incluso simplemente porque mola tener ese detalle extra que contar a tus amigos. Y si es un detalle menos (decisivo), a quién le importa, incluso si una carrera se ve empañada de esta manera, si no comprometida cuenta Daniele Lo Monaco en el diario Il Romanista.

La última saga de historias algo masticadas del fútbol de Roma se refiere a Lorenzo Pellegrini y su supuesta traición hacia Mourinho. Pero es una historia a medias, precisamente, porque la real es otra. ¿Alta traición entonces? No. Pero si se quiere hacer daño a Lorenzo, este también es el momento adecuado porque el capitán de la Roma ya se ha visto envuelto en una historia con límites borrosos y implicaciones infames. Pero por suerte para Lorenzo, un juez se ocupará de esa otra historia, no ese cierto periodismo de investigación bueno para el huecograbado de algún peluquero (y digámoslo con el mínimo respeto, al menos para determinadas revistas).

La historia del anillo ya se conoce de alguna manera. Cuando Mourinho fue convocado inesperadamente por Dan Friedkin en la mañana del 16 de enero de 2024, muchos jugadores también llegaron a Trigoria uno por uno. La noticia se difundió, algunos lo esperaban, otros no. Mou se reúne con el presidente en 20 minutos de intenso diálogo y, al parecer, se dicen de todo. Al final el entrenador sale de esa habitación con cara larga y regresa a su oficina para preparar la mudanza. Quiere marcharse de Trigoria lo antes posible y no quiere despedirse de nadie. Mientras tanto, los jugadores se asoman desde el vestuario, intentando reunirse pese a que el entrenamiento se ha trasladado a la tarde a la espera de alguna comunicación oficial. Están esperando encontrar al entrenador, les gustaría saludarlo y hablar con él. Cuando se dan cuenta de que este no tiene gana, van a saludarlo individualmente, pero él es frío y no añade nada al saludo.

Lorenzo estaba muy decepcionado y sobre todo no hay explicación para esa nota. Aunque algunas elecciones no le convencieron, permaneció al lado del técnico hasta el último minuto. Entonces, sin pensarlo dos veces, decide llamarlo. La respuesta de Mou le deja helado: «Me dijeron que tú hablas con el presidente y le dijiste que lo correcto era despedirme y contratar a De Rossi«. Cae de las nubes y se enoja: «Míster, me está decepcionando. Nunca me pasaría por la cabeza hacer algo como esto. Nadie me preguntó nada, llegué esta mañana a Trigoria pensando que tenía que entrenar con usted. Esta es la única verdad, es libre de creer lo que quiera, pero no fue así.» La reacción es demasiado convincente para ignorarla. Entonces Mourinho afloja: «Entonces te pido disculpas si te ofendí, para mí esto acaba aquí«. Quizás no para Lorenzo, pero es así. Otras veces Mourinho daba crédito a diferentes versiones de historias y luego retrocedía. Pocos saben, por ejemplo, que incluso con el «Señor Matic», tras una llamada telefónica aclaratoria, retomó la relación que existía antes de su salida de la Roma.

El problema es que ahora la historia se contó a la mitad, omitiendo muchas veces la otra parte. Según ciertos rumores, Roma es una ciudad muy abierta y hay quien se revuelca en ella incluso para poner en dificultades al nuevo entrenador. Por eso, para muchos Pellegrini es un traidor. Poco importa si la acusación fue desmantelada en el espacio de una llamada telefónica. Pero precisamente para no ponerse en primer plano respecto a la Roma y también por el momento evidentemente delicado que vive, Lorenzo decide soportar también esto. Se queda callado, como siempre, y de todo lo que hay sobre el terreno de juego, intentando desde el primer momento facilitarle la tarea a De Rossi, exactamente como hizo con Mourinho. Además, en el campo todo fue particularmente bien desde el principio, estaba contento con el nuevo esquema, su condición ha mejorado, Daniele le da mucha confianza en el campo y así lo dijo en la rueda de prensa. Llegaron las buenas actuaciones, llegaron tres goles consecutivos, luego la gran prueba también contra el Inter, el mejor sobre el terreno de juego a pesar de un partido que finalmente salió mal. Ciertamente no es culpa suya. Pero para muchos sigue siendo el traidor. Increíble.

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