Al final, exhausto, soltó un grito dirigido a la afición de la Roma. En la práctica era una expresión de animo dirigido a sí mismo, que se habría arrojaría al fuego por estos colores si fuera necesario. Edoardo Bove tal vez entendió en esos momentos de emoción, con el BayArena aún en ebullición, que había hecho algo grande: hubo un solo gol entre las dos partidos de la semifinal y lo anotó, el mediocampista más joven de la plantilla, que hasta el 30 de enero parecía destinado a pasar al Sassuolo (8 millones ofrecidos por su ficha) y que Mourinho mantuvo en Trigoria cuent Corriere dello Sport.
En verano pasó a jugar de lateral derecho. Al comienzo del campeonato fue utilizado como mediocampista ofensivo. En su rol, que es el de medio centro, ha demostrado madurez, no solo en fase ofensiva, durante la tenencia o la presión al rival. Pero se superó el jueves ante el Leverkusen: cuando Mourinho perdio todos los laterales, salvo su entrañable Zalewski que es otro futbolista clase del 2002 y jugaba en la otra banda, fue él quien se posicionó por la derecha como un lateral puro en una defensa cinco. Por supuesto que le costo. Y la sensación es que aún no ha msotrado buena parte de su potencial. Comprometido en aprender nuevas tareas, ajustado a un nivel de intensidad mucho más alto que en las ligas juveniles, Bove tuvo que descuidar un poco la calidad, que es parte integral de su repertorio.
Con paciencia lo lograra. La prioridad ahora es disfrutar de los momentos de felicidad. Porque Edoardo también ha tenido días de dudas, sobre todo en otoño, cuando vio que por delante pasaban compañeros aún menos buenos. Pero confió en su entrenador y en los que están a su lado: su maravillosa familia, con su padre Giovanni que lo sigue siguiendo en casi todos los viajes, y su histórico agente, Diego Tavano, que lo descubrió cuando estaba en plena adolescencia. «Pero todo el mérito es de Edo – explicó a Calciomercato.it – Solo traté de ayudarlo con mi presencia. Ahora solo le aconsejo que no exagere con sus actuaciones: en Leverkusen se movía y lo está haciendo importante yo también, que también apoyo a Roma«. Ahora se respiran aires de renovación: «Ya hemos tenido una charla informal con Tiago Pinto. Pero no hay prisa, primero tenemos que acabar la temporada«.
Después de todo, tal capital, una pieza formada en casa, también es una garantía para el futuro. Recién cumplidos los 21, Bove ya vale al menos 20 millones y ha acabado en el radar de Roberto Mancini, que pronto le llamará a la selección. La Roma obviamente lo mantiene cerca. Y en la próxima temporada tiene previsto explotar su talento casi a tiempo completo. Junto a Lorenzo Pellegrini, el capitán que lo tomó del brazo desde los primeros días de convivencia en el vestuario, el centro del campo hecho en casa ya es una realidad.