Incluso ayer, en el partido que el Everton empató en Manchester (1-1) contra el City de Guardiola, Beto permaneció en el banquillo durante todo el partido, cuenta el diario Tuttosport. Su última titularidad se remonta al partido del 1 de diciembre contra el Manchester United. Una experiencia que ha resultado muy insatisfactoria para el futbolista portugués naturalizado guineano.
Los ingleses no quieren correr riesgos e insisten en llegar – si no a la venta, considerada imposible en estos momentos salvo a precios no comparables a los costes incurridos – al menos a la obligación de comprar por unos 20 millones. Una cifra demasiado elevada para el Torino, aunque los escenarios de futuro del club aún están por descifrar. La Roma también piensa en él. Y dado que los Friedkins son los nuevos dueños del Everton, sería un asunto de familia.
Pero aquí también hay un pequeño o gran factor a favor del Torino. Beto llegaría a la Roma como alternativa a Dovbyk y por tanto no encontraría la continuidad de uso deseada para relanzarse. No tiene muchas ganas de ir a sentarse en el banquillo.
