Empezaremos a llamarla «zona Mourinho«. Por tercera vez en exactamente un mes, la Roma se salva en el tiempo agregado, tras 90 minutos en los que el único disparo entre los tres palos fue un centro de El Shaarawy: ante el Udinese se ganó con un penalti de Pellegrini en el minuto 94 e hijo de una mano evidente e ingenua de Zeegelaar.
Más que una casualidad, parece una actitud: ya en el minuto 94 la Roma había empatado en Reggio Emilia, ante el Sassuolo, mientras que en La Spezia con otro penalti, incluso más tardío, en el minuto 99, había transformado un empate que sabía a poco en un triunfo. Cuando el tiempo parece acabarse, la Roma encuentra algo dentro de sí que los demás no tienen: si los partidos terminaran justo en el 90′, el equipo de Mourinho tendría seis puntos menos. En ese limbo en el que ha concluido el tiempo pero aún no ha terminado el partido, es la Roma quien ha marcado varias veces: ya son 6 goles en los minutos extra, y serían 7 si el Var no hubiera anulado el de Zaniolo ante Genoa.
Esta vez se mantuvo a flote por un larguero de Makengo y una parada milagrosa de Rui Patricio, antes del penalti que garantizó el octavo partido consecutivo en Liga sin conocer la derrota. La mejor cara de una moneda de dos caras. El lado oscuro de la Roma atañe a los primeros 90 minutos de partido: lentos, predecibles, muy aburridos y ahogados por la presión del Udinese.
En resumen, si no hubiera sacado estos resultados, la Roma tendría seis puntos menos en la clasificación y estaría en el octavo lugar con Verona. Nadie lo ha hecho mejor en la Serie A en este aspecto y este hecho puede hacer sonreír a Mourinho, quien siempre ha presionado mucho en el carácter de sus equipos.
Via: (La Reppublica)