Paradigme

La Roma volvería a centrarse en Beto para el rol de segundo delantero; primero Shomurodov debe salir

Con el lateral derecho y el portero suplente resueltos, Florent Ghisolfi ahora debe concentrarse en el delantero. Con un juego de manos que implica la salida de Shomurodov y la llegada de un delantero reserva, que por fin permite a Artem Dovbyk tomarse un respiro.

En los últimos días – informa Andrea Pugliese en ‘La Gazzetta dello Sport’ – Ghisolfi ha vuelto a hacer sentir su presencia en el Rennes por Amaud Kalimuendo, de 22 años, para un préstamo de seis meses, obviamente ni siquiera considerado por el club francés. Kalimuendo tiene un precio y no es bajo, al menos 20 millones de euros. Una cifra, obviamente, que la Roma no tiene intención de invertir, también porque ya tiene un delantero centro titular. Y ni siquiera el propio Kalimuendo le gustaría ocupar el rol de suplente. Y así el foco ha vuelto a centrarse en Beto, quien desde hace días ha expresado su deseo de abandonar el Everton. También porque incluso con Moyes las cosas han cambiado poco, tanto que ayer contra el Tottenham se quedó en el banquillo todo el partido.

Siendo el otro club de casa de Friedkin, es obvio que es el camino más fácil para la Roma de reforzarce. Un préstamo de seis meses que al final dejaría a todos contentos. Los únicos inconvenientes: la venta de Shomurodov (gusta a Venezia, Cagliari y Empoli) y una posible oferta millonaria por Beto, que obviamente cambiaría las cartas sobre la mesa…


El técnico del Torino, Paolo Vanoli, pidió ayer refuerzos, sobre todo en ataque, donde hay que compensar la lesión de larga duración de Zapata. Beto, del Everton, sigue en la mira y también gusta a la Roma: estaría encantado de fichar por el plantel Granata -escribe ‘Tuttosport‘- y ha dado el visto bueno para que se cierre el acuerdo.

Sin embargo, esto se ha visto impedido por las diferentes valoraciones entre Everton y Torino sobre el precio del jugador portugués: de 20 a 15 la diferencia es del 25%: demasiado, por ahora. Pero Beto está ahí, con las maletas en la mano y las ganas de saltar al campo, las mismas ganas que Moyes le negó ayer en el partido ante el Tottenham.

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