Antes del partido de este jueves en Europa League ante los suecos, en las redes sociales y con amigos bromeábamos sobre el hecho de que la Roma tendría que volver a jugar en la península escandinava, en un «campo de plástico» y contra un rival que tenía el amarillo y el negro como colores principales.
Todas las pistas que obviamente conducían a los desafortunados partidos fuera de casa del Bodo, en la costa noruega, donde los Giallorossi perdieron en 2 ocasiones bajo el liderazgo de Mourinho, quien hablaba de una actitud diferente en los partidos fuera de casa, como si a algunos jugadores les faltara «el pastel de la abuela». Una broma que a veces, lamentablemente, también puede convertirse en realidad y la Roma volvió a ser derrotada por la que ahora es su némesis cuenta Federico Liuti en el portal ForzaRoma.info.
Tres victorias en los últimos 16 partidos fuera de casa. Éste es quizás el dato más preocupante de la velada del jueves, mucho más que el resultado, que al final puede derivar de episodios, mala suerte o arbitraje (aunque no hubo nada de eso en el partido de ayer, además evidentemente del clásico golpe a al palo de la Roma (estamos a 5 después de los 8 primeros partidos de la temporada). Un partido, a nivel estadístico, no significa casi nada.
El problema es que de los últimos 16 partidos a domicilio los Giallorossi sólo han ganado fuera de casa ante Milan, Helsinki y Vitesse. Mientras que perdieron contra: Bodo/Glimt, Ludogorets, Salzburgo, Feyenoord, Slavia Praga y Brighton… ciertamente no contra acorazados. Afortunadamente, la Roma no tendrá que enfrentarse al Tottenham en Londres en sus próximos dos partidos fuera de casa esta temporada en Europa League.