Hay un motivo por el que la Roma no ha vendido ninguno de los jugadores al margen hasta el momento: quieren monetizar a toda costa sin tener que recurrir a préstamos secos o con derecho de compra. La línea del club giallorossi es clara: hay que rendirse, pero haciéndolo de la mejor manera, ya no regalando la fichas de jugadores (como pasó con Pastore y Nzonzi), pero tampoco aceptando ofertas que luego no pueden derivar en cesiones definitivas según cuenta Corriere dello Sport.
Para ello se está tomando todo el tiempo para llevar adelante las negociaciones salientes, sin detenerse en la primera oferta que le llega por un jugador. Véase el ejemplo de Carles Pérez, solicitado por el Celta de Vigo pero aún no vendido: la Roma está trabajando para obtener la obligación de compra pero también está a la espera de otras ofertas. El club español ha ofrecido hasta ahora un derecho de compra: bajo estas condiciones, la Roma diría que no.
Hay muchos jugadores con las maletas preparadas: Pérez, Villar, Diawara, Veretout y Kluivert. Solo ellos le cuestan a la Roma más de 10 millones de salarios. Además de los diversos Calafiori, Coric, Bianda, Riccardi y Bouah.
Diawara sigue sin tener ofertas o las rechaza, la Roma fue clara con él: si no encuentra equipo entrenará de forma individual durante toda la temporada. El guineano tiene un sueldo de más de 2 millones netos hasta 2024, la hipótesis que conduce a Francia, Turquía e Italia han naufragado.
La negociación entre Roma y Monza por Villar se ha interrumpido: hay un distanciamiento entre oferta y demanda, no sobre la fórmula de la cesión con obligación de compra en función de la salvación del club. Las partes hablarán de ello nuevamente, pero mientras tanto Pinto está buscando otras ofertas por Gonzalo.
Así como la venta de Justin Kluivert está en curso, seguido en Francia (Lyon y Mónaco), en Inglaterra (Fulham), pero también en Italia: Torino (que también piensa en Kumbulla) está en su camino, la Roma como ya se mencionó quiere monetizar.
