Cuando los aficionados de la Roma, en Nochevieja, fueron con curiosidad a ver el vídeo de felicitación del grupo Friedkin, se sorprendieron gratamente al encontrar allí también el nuevo estadio Giallorossi, el que debería construirse en Pietralata, escribe Andrea Pugliese en La Gazzetta dello Sport. 2025 será verdaderamente el año clave, aquel en el que la Roma debería finalmente completar el círculo.
Empezando por el proyecto final, que el Ayuntamiento de Roma espera con impaciencia desde hace algún tiempo. Y que en Trigoria esperan entregar a finales de febrero a más tardar. En resumen, deberíamos estar realmente cerca del paso final, donde el paso final significa darle la pelota a las instituciones. Efectivamente, tras la presentación del proyecto, corresponderá a la Conferencia de Servicios evaluar su correspondencia real con las solicitudes presentadas a Roma en los últimos meses. Y tras la aprobación definitiva será necesario activar licitaciones internacionales para la contratación de las obras, normalmente en un plazo de seis meses.
Con todo, si todo fuera rápido podríamos llegar a un sí definitivo a finales de año. Mientras tanto, sin embargo, los costes de las obras se han duplicado sustancialmente, en comparación con los 570 millones de euros previstos en el estudio de viabilidad presentado el 3 de abril de 2022. Ahora, de hecho, los Friedkins han presupuestado un gasto total de aproximadamente mil millones de euros.
