Edoardo Bove acaba de concluir su primera temporada como jugador del primer equipo de la Roma. Empezó como un simple agradado al equipo de Mourinho y acabó, gracias a algunas lesiones y al trabajo de los entrenamientos, siendo titular en los partidos decisivos de la temporada.
Bove es una confirmación de las bondades del sector juvenil de la Roma que en los últimos años ha lanzado varios jugadores útiles al primer equipo y más allá. Las ganas que por cierto no le faltaron al joven centrocampista giallorossi que, si bien creció como un centrocampista de calidad, en esta primera temporada ha destacado por sus excelentes cualidades (pasando también a la banda en los momentos de mayor dificultad). Cualidades todas que enamoraron a la afición, que sólo necesitó unos pocos partidos para reconocerle como Hijo de la Roma.
Ahora con la «calma» del verano, el balón pasa a Tiago Pinto y el club que deberán moverse rápido para no perderse al nuevo talento que ya captó el interés de clubes importantes incluso fuera de Italia cuenta este sábado Corriere dello Sport. Su contrato expira en 2025 y es uno de los peor pagados de la plantilla (350.000 euros netos) por lo que se baraja un ajuste y prórroga hasta 2028.