Las sirenas inglesas no detienen su canto. Tottenham y Manchester United tienen a Abraham en su punto de mira. Tammy, sin embargo, parece destinado a quedarse en Roma según cuenta hoy el diario italiano Tuttosport. Lo quiere el club, que sólo debería plegarse a una posible salida en 2023 si el Chelsea pudiera ejercer, con el visto bueno del chico, el derecho de recompra del que están en poder por unos 80 millones.
Lo exige Mourinho (que lo considera fundamental para su proyecto de tres años); el jugador (que está bellamente ubicado en la ciudad) y sobre todo su agente lo quiere. Sí, porque en la nueva forma de trabajo instaurada durante el pasado mercado estival en el pago de comisiones, Pinto ha manejado una inquietante forma de cortesía para tener una garantía adicional para sus jugadores.
De hecho, las comisiones ya no se pagan en una sola cuota en el momento de la transferencia, sino que se distribuyen en el tiempo. En cuanto al agente Abraham, la condición para cobrarlas es la permanencia: cada 6 meses se pagan 400.000 euros, lo que corresponde al 10% del importe de su salario. Traducido: cuanto más tiempo permanece el delantero en Trigoria, más gana el agente. Si se va mañana, el nuevo club discutirá las nuevas tarifas. Pero este retraso, de momento, favorece al club giallorossi.