Una forma de aflojar el control del balance de fichajes y fomentar la entrada de un defensa en la lista de la UEFA y de la Serie A es vender jugadores que ya no sean útiles para la causa. Como explica Gianluca Lengua en Il Messaggero, con uno o más traspasos salientes se liberarían plazas y el presupuesto aumentaría. Uno de ellos es Smalling, que desapareció tras los tres primeros partidos de la Serie A.
Primero una lesión en la rodilla, luego el dolor que no desaparecía y finalmente la relación en sus peores momentos con Mourinho. El inglés está prácticamente fuera de la plantilla tras renovar hace seis meses su contrato por dos años a 3,5 millones por temporada. Venderlo en Europa es prácticamente imposible, por lo que quizás el único destino posible es Arabia Saudita.
Y Spinazzola también podría acabar por esos lares. Su contrato expira el 30 de junio y su agente está trabajando para colocarlo ya en enero. Gana alrededor de 3 millones y vendiéndolo seis meses antes el ahorro sería de 1,5 más una posible comisión por el fichaje anticipado. Otro despido es Renato Sanches que llegó a Trigoria gracias a Tiago Pinto que apostó fuerte por él.
Su aprovechamiento de sólo 227 minutos no justifica los 3,6 millones de salario que la Roma se ha comprometido a pagar. Ya ha pasado la mitad de la temporada, pero devolviéndolo al remitente el ahorro sería de alrededor de 1,8 millones. Hace una semana Mourinho aseguró que de momento no hay movimientos de salida respecto al portugués, pero la cosa puede cambiar en cualquier momento.