La Roma intenta resolver los temas ligados a Gianluca Mancini y Amadou Diawara. Según los reportes de el diario Il Romanista, el conjunto capitalino presentó sendos recursos, ante la sanción de tres partidos del zaguero, expulsado en el partido ante el Sevilla; y el feo lío de la primera jornada del campeonato que, a pesar suyo, vio al centrocampista en el centro de la cuestión con la consiguiente derrota del equipo de Fonseca en la mesa, adiós punto conquistado en Bentegodi (punto que si miramos el ranking hoy cierta importancia tiene).
Los dos recursos se discutirán en los próximos días: entre el lunes y martes de la semana que viene el del defensa, el próximo 4 de noviembre en el Tribunal Federal de Apelación el del partido de Verona verá también al director general de Roma, Guido Fienga trabajando en su solución.
El caso Mancini
Empecemos por el recurso presentado a la UEFA pidiendo la anulación de dos de los tres partidos (uno se descuenta automáticamente) infligidos a Mancini al final del partido ante el Sevilla. Hay que decir, lamentablemente, que a la luz de la positividad del jugador al Covid se hizo oficial ayer, la apelación incluso en el (muy difícil) caso de victoria en todos los ámbitos, es decir, la cancelación de las dos jornadas restantes de descalificación (uno fue contra Young Boys), se arriesga a ayudar un poco a Mancini y Fonseca.
Teniendo en cuenta que, probablemente, los tiempos de recuperación del defensa apenas serán inferiores a dos semanas (la segunda y tercera jornada de la Europa League están previstas para el próximo jueves y 5 de noviembre). Además, el abogado de la Roma, Antonio Conte, es el primero en saber que esperar la anulación de las dos jornadas es un acto de optimismo desenfrenado, un poco menos pero no demasiado para apuntar a la anulación de una jornada.
Sobre todo porque el fallo del juez europeo se basó en un informe de arbitraje muy duro. Informe en el que el árbitro holandés Kuipers definió la falta de Mancini cometida al final del partido, como una intervención de «violencia extrema». Según la normativa europea, un juicio de este tipo conduce inevitablemente a una sanción de tres jornadas. La Roma, en su recurso, se centrará precisamente en esas dos palabras «violencia extrema», impugnando su veracidad y argumentando, por el contrario, que fue una intervención desordenada y vil, pero un juego. Teniendo en cuenta lo antes dicho, el máximo al que se puede aspirar es la cancelación de una jornada.
El caso Diawara
Así como debe utilizarse la palabra prohibitivo respecto al recurso de apelación que presentó la Roma ante la derrota en la mesa oficializada por el juez deportivo como consecuencia de la no inclusión de Diawara en la lista de mayores de 22 años: último campeonato no se exigió inscribirlo, hasta que, el centrocampista cumpliera sus veintitrés años. El recurso documentado y detallado presentado por el abogado Conte tendrá como objetivo diversificar el caso en cuestión con respecto al de Antonino Ragusa con Sassuolo. El jugador del Emiliani era nuevo fichaje, mientras que Diawara ya estaba inscrito.
No fue una cuestión de malicia, si acaso un error, grave y culpable de caridad, pero siempre es un error y la Roma no sacó ningún tipo de ventaja de todo esto. Además, en la lista presentada por el club Giallorossi de más de 22, cuatro casilleros quedaron vacíos por lo que no haber puesto a Diawara fue un error y no hubo intento a voluntad.
También hay que decir que en este asunto Diawara, como seguramente muchos recordarán, hubo intervenciones inapropiadas (al menos) del presidente de la FIGC Gravina y, sobre todo, del presidente de la Corte Federal de Apelaciones Dr. Sandulli (es decir, quien debe decidir) quién, en la práctica, con palabras y sonrisas al menos de mal gusto anticipó la oración (es decir, confirmación de 0-3 en la mesa).
La Roma, con la elegancia que no le pertenecía a Sandulli, no pidió la denegación (como pudo) del juez, pero imagina que el Federcalcio podría ser el que designe a uno de los vicepresidentes de la Corte de Apelaciones como juez que tendrá que dictar sentencia. Hay otro aspecto que a la Roma no le gusto. Y esa es la posición de Verona en el juicio. Lo que no solo ha molestado a la dirección de Giallorossi. Siempre por una cuestión de elegancia. Después de todo, hay quienes la tienen y quienes no.
