«¡Te pasaste de la raya! ¡Spinazzola-Pellegrini no se puede hacer!«. Se decía en aquella llamada telefónica entre dos directivos de la Juventus, Cherubini y Bertola, interceptada por los agente de la Guardia de Finanza de Turín quienes ahora están apoyando en la investigación de la fiscalía de Roma entorno al conjunto giallorossi, y en la cual habría pruebas de intención con la que se realizaron las llamadas para las «operaciones en espejo«, escribe Valeria Di Corrado en Il Messaggero.
Se trata -como explica el aviso de garantía notificado el miércoles pasado a la antigua y nueva dirección de Trigoria- de clubes deportivos (en este caso Roma y Juve) que «aceptan intercambiar jugadores aumentando su valor de mercado con el fin de maquillar las cuentas » y «cubrir las pérdidas operativas«. Además de haber incautado documentación contable, apuntes y una decena de ordenadores y discos duros en las oficinas del club de los Friedkin en piazzale Dino Viola y viale Tolstoj y en las de la Lazio, los agentes de la unidad de policía económica y financiera de la capital adquirieron las valoraciones extrapoladas de los alemanes del sitio Transfermarkt sobre transacciones sospechosas realizadas por Roma y Lazio.
Resultó que el valor con el que los dos clubes Capitolinos intercambiaron jugadores con los otros clubes fue un 30% superior.