Hoy la Roma cuenta con muchos talentos en sus fuerzas, escribe Massimo Cecchini en La Gazzetta dello Sport. Pero hay más de una pregunta que ronda los pasillos de Trigoria y que preocupa a los jóvenes de la plantilla: ¿es mejor mantenerlos para hacerlos crecer bajo la vista de Mourinho o prestarlos para darles la oportunidad de jugar? ¿O, venderlos para generar ganancias? De hecho, los Friedkins continúan inyectando dinero en las arcas de la empresa e incluso no se puede descartar una venta de jóvenes considerados menos funcionales al proyecto.
Una venta colectiva de jugadores como Darboe, Calafiori, Zalewski, Felix, Volpato y Bove podría dejar en Trigoria ingresos de unos 20 millones de euros, pero en realidad la realización real por parte de la Roma dependería de bonificaciones vinculadas al desempeño del club comprador y porcentajes sobre reventa futura. Está claro que cada situación es única: pero la confirmación de Zalewski en la izquierda, por ejemplo, podría llevar a considerar que Calafiori ya no es imprescindible. Como podría ser el caso de Félix, si del mercado llegan un par de delanteros para apoyar a Abraham. Y luego está el talento de Volpato, que merece una consideración aparte. Por no hablar de todos los talentos en la plataforma de lanzamiento en una etapa aún más embrionaria, como Keramitsis y Faticanti.