«Alessio, tienes que dar la vuelta a irte de aquí«. «Me importa un carajo, voy donde quiero«. Es este el intercambio de palabras entre un empleado de Lazio y Alessio Romagnoli lo que da inicio al acalorado post-derby del domingo. Así -cuenta Stefano Carina en ‘Il Messaggero‘- primero Milinkovic, luego Luis Alberto pero sobre todo Romagnoli decidieron deliberadamente pasar por delante del vestuario de la Roma a celebrar la victoria.
Lo cual fue visto por los giallorossi como una provocación. De ahí el intercambio de palabras con Mancini: «Ale, pero sé serio, yo también gané un derby, pero no hice todo este lío. ¿Dejarás de hacerte pasar por el fenómeno?«, todo aderezado con expresiones que ciertamente no son educadas. A lo que respondió el defensa de la Lazio. Recién después llegó el presidente Lotito y trató de sofocar la bronca, abriendo otra con Mourinho.
Por otro lado, no será necesaria la apertura de una investigación federal: la dinámica del incidente fue informada al fiscal Giuseppe Chiné. Sin embargo, no pasa desapercibido cómo la estrategia de tensión deseada por Mou (de la serie: nosotros contra todos) presenta la cuenta, mostrando también la otra cara de la moneda. Los Friedkins. Que han sido informados de lo ocurrido el domingo y están cerca de su entrenador.
Lo confirma el clamor de su empleado de referencia, Pinto, que defendió a José ante el presidente Lotito: «No le hables así a nuestro entrenador«. Claras señales de proximidad. Es demasiado pronto para hablar de un futuro del Special One aún en la Capital. Pero lo suficiente para estar seguro de que el frío que se había percibido a inicios de año ahora es menos punzante. No hay vuelta de hoja: la clasificación para la próxima Champions League será decisiva.